La halitosis más conocida como el mal aliento. Lo suelen provocar bacterias.
La producción de sustancias malolientes, los más frecuentes los Compuestos Volátiles de Sulfuro (CVS), se asocia a los productos resultantes de la degradación del metabolismo de las bacterias, generalmente las bacterias anaerobias gram-negativas, que se localizan principalmente en la zona posterior del dorso de la lengua y en otras localizaciones como bolsas periodontales.
Podemos diferenciar dos tipos de halitosis:
Gran parte de la población casi el 60 % tiene halitosis oral el 15% tiene halitosis por problemas de fuera de la cavidad oral (por enfermedades) y un porcentaje del 25% tiene problemas de halitosis que necesitan tratamientos específicos.
• HALITOSIS ORAL por acumulación de placa bacteriana, caries, problemas periodontales, hábitos como el tabaco y que provoca mal olor y se podría solucionar con una buena higiene. Y acudiendo al dentista para que nos ayude a tener buena higiene y que desaparezca el mal olor.
• HALITOSIS que se encuentra fuera de la cavidad oral suele ser producida por el estrés/ansiedad, enfermedades renales, hepáticas, del aparato digestivo.
Como hemos explicado al principio, se trata generalmente de un problema con origen bucal, pero también tiene otras fuentes. Se calcula que puede haber más de 80 causas que llevan a la halitosis, que pueden clasificarse de distintas formas en función de su intensidad, frecuencia, relevancia clínica o la necesidad de tratamiento. A continuación enumeramos algunas de las causas:
• Boca: las bacterias presentes en la cavidad oral provocan necrosis o putrefacción que llevan al mal aliento, generalmente ante la presencia de restos de alimentos y con el apoyo de la sangre, que, según el Instituto del Aliento, promueve el desarrollo de un tipo de bacterias (‘Porphyromonas gingivalis’) causante de la periodontitis.
A la mala higiene, se suman otros condicionantes que generan mal aliento, como: saburra lingual -capa de suciedad blanquecina sobre la lengua-; enfermedades de las encías; hiposalivación y/o xerostomía -sequedad de la boca-; caries muy extensas o abscesos -infecciones que se complicaciones y se desplazan desde la raíz del diente hasta los huesos -proceso infeccioso durante la erupción de dientes-; estomatitis -inflamación de la mucosa que recubre la boca-; heridas quirúrgicas; candidiasis -infección por hongos-; prótesis porosas; piercings linguales; quistes dentígeros -quiste que rodea la corona de un diente que no ha erupcionado-; escorbuto -deficiencia de vitamina C-; entre las principales.
• Aparato respiratorio: por encima de la laringe se producen enfermedades que pueden desencadenar mal aliento. Las principales afecciones de esta área del sistema respiratorio que tienen entre sus síntomas el mal aliento son: inosinusitis -inflamación de la mucosa de la nariz y los senos paranasales-; respiración bucal -influye en la cantidad y la composición de bacterias en la saliva-; obstrucción nasal por malformaciones o enfermedades que llevan a infección de las cavidades nasales; rinorrea -secreción nasal constante-; desviación del tabique nasal -estrechez anormal de las fosas nasales-; adenoiditis -inflamación de las adenoides, tejido detrás de la cavidad nasal-; amigdalitis -inflamación de las amígdalas-; presencia de cuerpos extraños que bloquean las fosas; abscesos nasofaríngeo y retrofaríngeo, carcinomas de laringe; bronquitis; bronquiectasias -dilatación anormal del árbol bronquial-; neumonías; abscesos pulmonares; carcinomas de pulmón.
• Sistema digestivo: aunque los casos de mal aliento asociados con problemas en el aparato digestivo son poco frecuentes, infecciones como la provocada por la bacteria ‘Helicobacter pylori’ puede llevar a sufrir halitosis. También hay casos de vinculación con gastritis, úlceras grastroduodenales, enfermedad inflamatoria intestinal, reflujo gastroesofágico, divertículo de Zenker, presencia de cuerpo extraño de la faringe, hernia de hiato, eructaciones, vómitos y neoplasias, según el Instituto del Aliento. Este centro advierte que muchas veces los problemas digestivos generan en el paciente sensación de halitosis, pero no es así (pseudohalitosis).
• Nutrición y estilo de vida: entre los alimentos más comunes que provocan mal aliento están el ajo, la cebolla, el queso, el huevo y algún tipo de especia, que al digerirlos, el torrente sanguíneo absorbe sus aceites y los transporta a los pulmones, de manera que el olor se emite a través del aliento hasta que se eliminan por completo del cuerpo, según explica la Academia Americana de Médicos de Familia. Durante la digestión, el olor puede volver por el esófago y emitirse al hablar o respirar. Además, los compuestos de algunos medicamentos también provocan mal aliento, así como el tabaco y el alcohol.
El tratamiento de la Halitosis dependerá de la causa por la que se produzca, si no es por ninguna enfermedad algunos consejos para evitar el mal olor son:
• Evitar tabaco, alcohol, café.
• Evitar alimentos intensos como el ajo, cebolla…
• Beber mucha agua para ayudar a producir saliva.
• Tener una buena higiene bucal es muy importante. Los pasos para una correcta higiene bucodental.
• Utilizar seda dental para eliminar los restos de comida, después de cada comida.
• Lavarse los dientes después de cada comida.
• Utilizar colutorio durante 40 segundos y no tomar nada en unos 30 minutos.
• El masticar chicle sin azúcar ayuda a producir saliva, algunos chicles contienen Xilitol y tiene un efecto bacteriostático que hace que se neutralicen los ácidos y evita la formación de placa.
• Acudir al odontólogo para que limpie el sarro y arregle las piezas dentales en mal estado.